Peligros urbanos

Iba caminando tranquilamente cuando -perdón por la expresión- un bulto viviente me intercepta y me ofrece un volante...
Fijo la vista -horrenda y desgastante miopía- y veo que es una empanada gigantesca, de modos graciosos y andar pausado. Una empanada del interior quizás.
Y ahí es cuando se cruza ante mis ojos los cadáveres de sus pequeñas compañeras, que murieron en mis fauses hambrientas. Recuerdo sus lágrimas de aceite y/o salsa y/o queso, y/o etcs.
Pienso en los errores de mi vida, hago un balance desesperado, se me cruzan los recuerdos, trato de aspirar la vida que se me va. Mi final es inminente, la empanada seguro se venga de tantos años de represión.
Por suerte las empanadas no tienen mucha concentración y esta no era la excepción... mientras se va a ofrecerle el papelito a otra persona, yo disimuladamente me voy corriendo como el viento y vivo para contarlo a uds.
Así que recuerda noble lector, cómprate anteojos si no vez, no te dejes engañar. Las empanadas están prontas a iniciar su venganza, su respuesta a los años de opresión (de los dientes), quizás nos aguarden tiempos muy negros.
Mejor estar preparado

Gastón Khan
Desde Bahía de los Chanchullos
Para Esto es mucho!